Lydia Espinoza Acuña, una de las hermanas de mi papi. A la que desde niña aprendí a ver como si fuera mi abuela, pues tanto mi abuela materna como paterna, fallecieron siendo yo muy chica.
Madre de mis cuatro primos, divorciada desde que tengo uso de razón. A sus 75 y medio años, contaba ya con siete nietos, y recién estrenada bisabuela.Orgullosa de ser de Banamichi, pueblo bicicletero, como le decia ella.
Alguna vez su nieta mayor, le pregunto, Maia, por que no fuiste doctora, si sabes tanto de medicina? No escuche la respuesta, pero imagino habrá sido la experiencia, toda una vida de "dolores y achaques".
Con el nacimiento de Sergito, le pedi permiso (despues de casi 30 años) para dejar de decirle Tia, para que fuera ahora mi Maia, se emociono mucho al oir esto, aunque no alcanzo a oirlo de él.
La poeta en la familia, excelente cocinera, guardiana de historias y secretos de su hermano menor (mi papi), cuantas cosas no me alcanzo a compartir.
Hace un mes terminó su dolor, su agonía, pero no quiero hablar de cosas tristes, sino de recuerdos alegres.Recuerdos que no alcanzo a detallar, tan solo veo las imagenes en mi mente de tantos momentos compartidos.
Ahora estará descansando, por fin con papá y mamá, y sus tres hermanos mi tio Pancho, mi tio Beto y mi papá...
Para despedirme de ella, solo puedo repetir mis palabras de cuando niña, permitiendome ahora el cambiar Tia Lydia, por Maia...
Maia.. tas soida o no me oye?
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| Enero 6, 2014 - DEP Maia |
